viernes, 27 de febrero de 2009

Un paseo por Londres con Miquel Martí i Pol


XII

Es cierto
que uno puede vivir retirado tranquilamente
en sus cuarteles de invierno
reposando plácidamente
tumbado en la nueva hamaca
bajo los nogales mientras escucha el sonido
del viento en los bambúes
y las hortensias
y saborea plácidamente una cerveza
en la amplia relatividad
del ser y la nada.

Todo ello es cierto,
pero inevitablemente
la gran ciudad en sus lejos,
galopa en nuestras sangres:
los marginados, los tirados en la acera,
los negros que gritan desgajados de su tierra,
las últimas novedades,
los últimos encuentros de los vagabundos
en la basura,
de las vanguardias...

Todo ello y aún más,
todos ellos ,
llegan a perturbar nuestros sentidos;
ya pesar de la bondad
del vino blanco y la dulzura
de la tarde del verano
nos golpean
y no sé de qué forma,
pero sé,
que ya no es lo mismo la vida
y que nuestros pulsos
están turbados.
(De "Londres -con M.M. i P-" , Antonio Arana)

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