martes, 15 de noviembre de 2011

LONDRES IV-V

IV


No espero milagros de nada,
de ningún espacio,
de ningún sitio,
voy envejeciendo demasiado
en pocos años

y éstos
me han ido volviendo
desconfiado
de la trascendencia
de ciertos lugares.



V


¡Qué caras habré tenido hoy!,
¡Qué ojos llenos de noche,
de suspiros, de futuros, de tristezas,
de esperanzas,
me habrán visto hoy!

Lo íntimo,
lo que quiero
decir en voz baja
me ha sido robado.

¡Oh noche!, guarda para mí
el gesto, al menos
de mi perdido reino.

Vivo
al
menos
en un recoveco
de tu corazón
que me acompaña en lo humano
y del mío que lo sé salvaje.

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